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De un vehículo todo terreno a cuatro Waratahs

Clay Hill on dirt road
El propietario de Clay Hill Equipment, Drew Betts, empezó su propia compañía forestal y la hizo crecer hasta los 30 empleados antes de cumplir 32 años.

¿Cómo se crea una compañía forestal y se crece de un empleado a 30, con una flota de siete cosechadoras, tres autocargadores y nueve camiones… todo antes de cumplir 32?

Para Drew Betts, propietario de Clay Hill Equipment, ubicado en Nuevo Brunswick, Canadá, la respuesta es poco convencional. Dicha respuesta es el deseo de tener un vehículo todoterreno.

«Tenía 13 años y me moría por tener el todoterreno nuevo de mi amigo», cuenta Betts. «Regresaba de la escuela y decía ‘Papá, mi amigo tiene un todoterreno nuevo y yo también quiero uno'».

Betts le pidió a su padre que le comprara un vehículo todoterreno durante semanas. Hasta que finalmente su papá le dijo que lo esperaba una sorpresa en el garaje.

«Yo pensaba, ‘Al fin, llegó el momento'», añade Betts. «Fui a mirar y ahí no había un todoterreno. En cambio, mi papá baja la puerta trasera de la caja y ahí estaba, una nuevísima motosierra Husqvarna, esperándome».

El papá de Betts le dijo que si aprendía a cortar madera, eventualmente podría comprarse su propio vehículo todoterreno. Y eso hizo. Trabajó y se compró el todoterreno y además aprendió a disfrutar de los frutos de su trabajo. De ahí en más, todo fue viento en popa.

UNA MENTALIDAD A LO GRANDE

Waratah in action
Drew Betts, propietario de Clay Hill Equipment, depende de Waratah para lograr el mejor tiempo de actividad.

Lo que parece una anécdota sobre alcanzar la mayoría de edad, en realidad fue el punto de partida para que Betts se transforme de ese niño de 13 años en un exitoso hombre de negocios en la actualidad. Si bien fue una lección difícil, Betts aprendió sobre la industria forestal y el valor del trabajo duro. Junto con la diligencia y el conocimiento comercial, se convirtió en una especie de anomalía dentro de la industria, ya que es el dueño de una compañía de gran tamaño a los 32 años.

Pasó varios años en la industria de la construcción, específicamente la construcción de carreteras, antes de licitar su primer trabajo forestal. Con el tiempo, adquirió una vieja cosechadora y empezó a talar campos privados. Desde allí, se postuló para contratos y ganó trabajos que le permitieron financiar una nueva cosechadora. Clay Hill Equipment, cuyo nombre es un homenaje a la calle donde estaba la casa de la infancia de Betts, se convirtió en sociedad oficialmente en 2010.

Desde su creación, Clay Hill Equipment creció en forma continua. Betts desarrolló diligentemente su compañía mediante la obtención estratégica de contratos. En vez de rechazar obras que eran demasiado grandes para su flota, encontraba formas de que la flota creciera para así emprender dichas tareas. Nunca consideró que el tamaño de la flota fuera una barrera que le impedía licitar obras de grandes dimensiones.

«Me arriesgaba siempre que podía para reinvertir en la compañía más tarde», explica Betts. «En vez de pensar igual que otros contratistas acerca de la tala, yo decía, ‘Si quieres otra máquina, conseguiré otra máquina'».

EQUIPO DE CONFIANZA. CRECIMIENTO PROYECTADO.

803MH John Deere harvesters
Clay Hill Equipment se encuentra en Nuevo Brunswick, Canadá, y trabaja con tres cabezales Waratah H415 y un H414.

En la actualidad, Clay Hill Equipment opera siete cosechadoras John Deere 803MH, tres autocargadores John Deere y nueve camiones autocargadores. Dentro de esa flota, él maneja tres cabezales Waratah H415 y un H414.

«En 2014, hice un intercambio y compré mi primera Waratah nueva», explica Betts. «Me acuerdo de ese año porque fue la primera vez que trabajamos sin inconvenientes todo el año, sin tener que tocar el cabezal, lo cual fue bastante impresionante dado que el cabezal que usábamos antes del Waratah nunca funcionaba bien».

No importa si está haciendo crecer su negocio o si administra una compañía ya establecida, nadie puede darse el lujo de tener períodos de inactividad.

«El tiempo de producción es clave. Si los muchachos están en el asiento y están cortando leña, entonces estamos ganando dinero», indica Betts. «Es difícil creer que contamos con tan poco tiempo de inactividad gracias a Waratah. Uno de nuestros Waratahs tiene 1.100 horas y no hemos cambiado nada en ese cabezal desde que lo llevamos al bosque».

Para Clay Hill Equipment, la elección de la marca no solo es importante para el resultado final, sino también para los operadores de Betts.

«Muchos de mis muchachos que cuentan con más experiencia son los que manejan los Waratahs y no quieren cambiar», añade. «Hacen un poco más que los demás cabezales del mercado, así que tienden a gustarles más los Waratah y quieren seguir usándolos cuando ya se han acostumbrado».

PRECISIÓN, PRECISIÓN, PRECISIÓN.

803MH John Deere harvesters
Clay Hill Equipment opera siete cosechadoras John Deere 803MH, tres autocargadores John Deere, nueve camiones autocargadores y cuatro cabezales Waratah.

Gran parte del trabajo que efectúa Clay Hill Equipment requiere una enorme cantidad de precisión. Bretts describió una obra a aproximadamente diez minutos de Minto, Nuevo Brunswick, donde se dedican a la madera conífera en una emplazamiento previamente preparado para un aserradero pequeño. Procesan más de 2.300 metros cúbicos, enviando entre ocho y 10 cargas por día hacia el aserradero. Pero no solo se trata de producción. También se trata de calidad.

«Al cortar madera para el aserradero pequeño para el cual trabajamos, cada pieza de madera que pasa por allí fue trabajada a mano», agrega Betts. «Manejan sierras de cinta pequeñas y tienen gente en cada línea. Lo suyo es la precisión».

Betts descubrió que al trabajar con aserraderos así de meticulosos, los cabezales Waratah han incrementado la precisión de su compañía.

«Con Waratah, el largo es perfecto, y eso es genial porque nos pagan no solo por la producción, sino por la calidad», comenta Betts. «En esta obra, recibimos una bonificación por calidad. La madera tiene que medir dentro de dos pulgadas en largos y diámetros. Por ello es muy importante que estemos dentro de un cuarto de pulgada en nuestros diámetros. Con Waratah, estamos lográndolo».

«ME ENCANTA EL OLOR DEL DIÉSEL POR LA MAÑANA»

Drew Betts, owner of Clay Hill Equipment
Drew Betts, propietario de Clay Hill Equipment, usa cabezales Waratah para incrementar la precisión de su compañía.

Esa es la frase escrita en una camiseta que le regaló su esposa a Betts. Da una idea de la pasión que Betts siente por la industria y la ética de trabajo que lo impulsa. Se esfuerza por contratar operadores que sienten lo mismo.

«Cuando estoy eligiendo operadores, lo primero que busco es una sólida ética laboral», dice Betts. «Prácticamente prefiero tomar un operador que no es excelente pero que tiene una muy buena ética laboral, y enseñarle. Si la ética está allí, aprenderá a manejar la máquina».

Betts agrega que espera que Clay Hill Equipment siga creciendo y quizás la herede su hijo Levi en el futuro. Levi solo tiene tres años, pero en el futuro, Betts cree que probablemente le transmita la lección que aprendió de su padre.

«Me parece que las lecciones duras de la vida son buenas lecciones», explica Betts. «Así que probablemente tenga que comprarle una motosierra a Levi cuando tenga 13 años».

Clay Hill Equipment cuenta con los servicios de Brandt Tractor, Fredericton, Nuevo Brunswick.



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